viernes, 27 de junio de 2008

LA GRACIOSA
Sensaciones.
Parece que últimamente estamos dados a planificar vacaciones Express y como no, esto tiene un precio, economía, carreras, incertidumbre, etc, etc. Pero bueno todo fluye y allí nos encontramos, en esa pequeña isla de la que mucha gente hablaba cosas buenas. Había que experimentarlo para corroborar.
Al llegar tuve una serie de sensaciones que era incapaz de explicar, la gente, los chiquillos jugando, el entorno...parece que el tiempo no haya pasado por aquí, calles de arena sin asfaltar, apenas unos cuantos coches, muchos barcos de pesca, y , ver como se pasean esos sombreritos tan típicos en las cabezas de niños y mayores. Gaviotas, gaviotas y mas gaviotas...


Descubriendo el terreno.
Al día siguiente nos calzamos las playeras, nos pusimos la gorra y nos aventuramos a caminar casi sin saber a donde íbamos. Las casas fueron quedando atrás y comenzamos a mezclarnos con hulagas, mas arena y unas cristalinas aguas, todo un deleite para los sentidos. Llegamos a Playa Cocina, que se encuentra debajo de Montaña Amarilla, un nuevo espectáculo de colores entre lava rojiza y negra, tierras ocres, aguas tranquilas... imaginen, imaginen.

El color de la isla.
Cansados de la caminata del día anterior, decidimos quedarnos cerca y encontramos un hueco de arena donde montar el iglú y tender la toalla. El agua cristalina, por supuesto, con tonos azules y turquesas todos los que puedan existir, el cielo celeste con alguna nube blanca, como el blanco de las gaviotas y como el de las pequeñas olas, el amarillo de la arena y el negro de la lava.
La gente pintando sus casas blancas, puertas y ventanas azules y verdes o marrones. Y los barcos de todos los tamaños, en tonos rojos, azules, blancos, verdes....
Imágenes para pintar cuadros. A qué olía La Graciosa.
Como no, el olor a mar, a playa, a bronceador.... El olor a pescadito frito y otros productos de la pesca. Y como nos coincidió con San Juan, el olor a hoguera, las mas grandes que he visto nunca.
El sonido de la isla

Ah!!!!... Se me había olvidado hacer un comentario sobre lo que se oía en la isla, me gustaría recogerlo, porque a pesar de que siempre uno anda con carreras y con el típico estrés que tan de moda está, de vez en cuando no viene mal dejar de pensar en lo nuestro y simplemente ponerse a escuchar. Fue muy curioso despertarse todos los días con el zaz, zaz, de las escobas que barrían las aceras llenas de arena depositada por el viento, otro sonido característico. Como no el sonido de las gaviotas, al que no estamos habituados, a no ser que nos vayamos a la costa. Y las olas del mar que iba a dar con la orilla, nos embelesaban tumbados en la toalla.


No se, ustedes diran que más se puede pedir para pasar unos días de relax. Espero que con este pequeño reportaje ustedes puedan tener una idea de cómo es aquello y se animen a visitarla porque vale la pena.
Y valga la promoción que le estamos haciendo a la isla, jajajaja.

by fa.

1 comentario:

Sonia. dijo...

¡Qué envidia! Ya me gustaría a mí tener unas mini vacaciones así, y lo mejor es que les coincidió con San Juan, qué punto!!!
Pues me alegro mucho.
Un saludo.
Sonia.