UN SALTO A LA GRACIOSA

En medio de un mar de nubes, comienza la aventura hacia "La Graciosa". Sin pensarlo, dos días antes, las niñas me dicen ¡nos vamos a la Graciosa! ¿te vienes?, y ahí me vi, en la agencia de viajes con Delia, Sita, Jose y Faty, iniciando nuestro camino hacia una Isla paradisiaca, aún sin explotar, con unos paisajes y unas aguas limpias y puras como pocas en nuestras islas.

Junto con Delia, partí el sábado hacia lanzarote, allí nos esperaba un taxista exhausto por llegar a "Orzola", pueblecito pesquero donde cogimos el barco para llegar a La Graciosa. Tras una travesía un poco movida por las corrientes marinas, pisamos tierra firme. Allí estábamos en esa Isla entrañable por su gente y su belleza paisajística; nos esperaban Jose, Sita y Fátima, que nos condujeron a la casa y nos guiaron por las calles arenosas de la Isla.

El domingo de sorpresa llegó Pery, madrugador, para el desayuno, se personó en la casa dispuesto a vivir una experiencia inolvidable.

Aconsejados por Dª Felisa, pudimos alquilar un coche para ir a la playa de "La Concha", desde donde se veía "Montaña Clara", unos de los parajes naturales de la Isla. A la vuelta, nos esperaba el partido de España-Italia, emocionante hasta el final (casi nos echan de la casa)....

El Lunes víspera de San Juan, pasamos el día en una calita llamada "Pedro Barbas", tras una hora y media de camino, llegamos a un sitio inolvidable, tranquilo, sin habitantes apenas unos obreros, donde se respiraba un clima de tranquilidad, roto en ocasiones por algunos niños que revoloteaban en la playa.

A la vuelta, como no, las hogueras de San Juan, alucinante como el fuego hace su papel en una noche tan importante y como los Gracioseros se bañan al calor del fuego, cumpliendo con el rito de esa noche mágica.

Ya el martes fe un día de recogida, aprovechar un poquito el día de playa por la mañana y por la tarde ya de vuelta a casa, con pena de acabar estas cortas vacaciones, que nos sirven para hacer una parada en el camino diario, coger un poco de resuello y compartir como no, el día a día con los amigos, que a veces no tenemos tiempo con el roll diario de hacerlo.

Gracias una vez más por dejarme compartir estos día con ustedes, "Gracioseros de adopción", a pesar de que no les dejaba dormir por las noches y por mi parte intentaré seguir propiciando estos encuentros que me han aportado tanto y que fortalece aún más la amistad que nos une de muchos años atrás.

Mary.