domingo, 3 de febrero de 2008


EL BARRIL DE VINO.

Hace unos días, hablando con un paciente de 93 años, nos dijo a un compañero y a mí que la vida es como “un barril de vino”, uno se lo puede beber en 2 semanas o hacer que dure 200 años, decía el abuelillo, ¡cuanta sabiduría hay en esas palabras!. Llevo dándole vuelta a esta frase todo el fin de semana y me parece una metáfora tan sencilla y bonita. Hay momentos en la vida que ese vino nos parece agrio y margo por lo que hay que beberlo rápido y sin que deje mella en nuestro recuerdo. Otras veces es como el mejor de los vinos que hay de disfrutar y guardar ese aroma bueno y ese exquisito paladar en nuestra memoria, y a través del recuerdo volver a saborearlo de cuando en cuando, para eso debe de servir nuestro barril de los recuerdos. Este fin de semana pude vivir y disfrutar de un poco de ese gran reserva que a veces tiene mi barril de vino y fue asistir a la boda de una de mis mejores primas. Fue toda una gozada, una ceremonia emotiva en la que en cada momento se te ponía la piel de gallina. La celebración fue igual de bonita y llena de detalles, todo preparado al milímetro para que no fallara nada. Todavía con la resaca del momento, resaca en el buen sentido de la palabra, creo que será uno de los acontecimientos familiares más importantes que habrá que seguir recordando como el mejor de los vinos, un vino franco y redondo, sin ningún defecto.

LaDe

1 comentario:

a lo largo del tiempo dijo...

Cuantos momentos de buen vino no hemos echado, y espero que nos queden muchos más, porque a mi me saben a GLORIA BENDITA, me encantan y me gustaría poderlos compartir con mas frecuencia.
Fá.